Este perro tomó su nombre del duque Alejandro IV de Gordon, que vivió entre la mitad del siglo XVIII y el primer cuarto del XIX y que se constituyó en un gran criador y apasionado suyo. Los orígenes del Setter negro con manchas fuego son, sin embargo, más antiguas, como lo demuestran algunos dibujo de finales del siglo XVII que muestran a Carlos II con sus perros de caza predilectos. En la construcción de esta raza parece que han contribuido, además del Setter irlandés el Blood-hound.